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ESCUCHEMOS LA MÚSICA SIENDO CONSCIENTES

Buscando en internet encontré esto:


Giuseppe Verdi en 1884 escribió una carta, dirigida a la Comisión musical del gobierno italiano, en la que pidió oficializar el uso del diapasón en LA-432hz, escribiendo al respecto una frase: “por exigencias matemáticas”.¿Qué quería decir? Para entenderlo bien y con más claridad es necesario introducir otra frecuencia: la de 8Hz.

1) Las ondas de conciencia “ordinarias” del cerebro humano varían de 14Hz a 40Hz. En este rango operan solamente algunas dendritas (las fibras menores de las neuronas que transportan las señales nerviosas) de las células del cerebro que utilizan preponderantemente el hemisferio izquierdo (el más racional) como centro de actividad. Si nuestros dos hemisferios cerebrales se sincronizaran a la frecuencia de 8Hz trabajarían de la misma forma (en equilibrio), recibiendo el máximo flujo de informaciones.

2) 8Hz es también la frecuencia de repetición de la doble hélice del ADN.

3) 8Hz es el “batido” fundamental del Planeta, conocido como “Resonancia fundamental de
Shumann 7,8Hz”, resonancias electromagnéticas globales, generadas por las descargas eléctricas de los rayos en la superficie terrestre y la ionosfera.

4) 8Hz es la frecuencia de los delfines que vibra a una distancia de 16 km desde el punto de emisión. En términos musicales, la frecuencia de 8Hz corresponde a una nota de Do. Subiendo de cinco octavas, es decir, recorriendo cinco veces las siete notas de la escala, se llega a un Do de 256Hz, escala en la que el “La” tiene una frecuencia de 432Hz y no de 440Hz.

Tocando el Do a 256Hz, por el principio de las armonías (según el cual a la producción de un sonido se agregan múltiplos y submúltiplos de la frecuencia), también los Do de las otras octavas empezarán a vibrar por “simpatía”, haciendo resonar naturalmente la frecuencia de 8Hz.

Es por esto que el diapasón a 432 oscilaciones por segundo, es definido como “diapasón científico”. Lo que fue aprobado por unanimidad en el congreso de los músicos italianos de 1881 y propuesto por los físicos Sauveur, Meerens, Savart y por los científicos italianos Montanelly y Grassi Landi.

Tomemos atentamente en consideración que en el universo todo es energía en vibración. Cada partícula subatómica, átomo, estructura molecular, célula y órgano del cuerpo, vibran a una determinada frecuencia.

Esta maravillosa armonía tiene una firma propia vibracional. Muchos médicos y estudiosos afirman que si una parte del cuerpo se enferma, la causa tiene que buscarse en la frecuencia que se ha alterado y el cuerpo vibra en modo des armónico.

Ser sanos significa vibrar al unísono armónicamente. Cada órgano tiene su frecuencia (múltiplos o submúltiplos de 432Hz), cuando se altera en caso de enfermedad, el reequilibrio y la curación llegan cuando en el mismo órgano, se hace sonar con la correcta frecuencia de resonancia.

Entonces, tocar y escuchar música afinada a 432Hz reequilibra el cuerpo y por efecto vibracional también la naturaleza circundante, devolviendo el primordial equilibrio de paz y de bienestar.

Sabemos que la música es “información”, la cantidad de datos sonoros creados a 432Hz, no se pierden entre las moléculas de los gases presentes en el aire que transportan el sonido porque son compatibles con su estructura molecular.

Cuando los creadores de las obras clásicas vivieron, no existía LA-440 como patrón de afinación; ellos afinaban sus instrumentos a partir del sonido de las campanas de las catedrales, las cuales fueron fundidas por los llamados señores del Temple, aquellos que en su época tenían el conocimiento de las aleaciones, de las
matemáticas sagradas y por tanto eran conocedores de cosas que ahora están en desuso.

Una nota hace 12 armónicos, porque pone en resonancia las 12 notas de la escala musical (con medios tonos y sostenidos). Las notas hacen 12 armónicos, cuando se toca una nota afinada en LA-432 Hz.

Cuando uno toca en un LA afinado a 440 Hz, sólo oimos 8 armónicos. La música afinada a 440 Hz es música muy pobre, poco natural, nos han privado de la total armonía y profundidad de la Música.